El sistema inmunitario es una red compuesta por células, tejidos y órganos que combaten infecciones y enfermedades que quieren atacar al cuerpo.
El sistema inmunitario defiende al cuerpo con antígenos de amenazas como que pueden ser gérmenes como bacterias y virus o sustancias químicas o toxinas.
La alimentación es clave. Al alimentarse de manera balanceada, el sistema inmunológico estará fortalecido y defiende de los virus y bacterias, disminuyendo su intensidad. La dieta conocida como mediterránea es la más recomendable a seguir. En esta se consume las cantidades adecuadas de frutas y verduras, lácteos, cereales integrales, grasas de buena calidad como el del aceite de oliva y la palta, y grasas omega-3 de los pescados.
Por otro lado, se recomienda el consumo de cítricos como kiwis, naranjas y limones por sus propiedades antioxidantes. Verduras como la cebolla, ajo, kale, espinaca, coliflor y brócoli, zanahoria y zapallo, que aportan vitamina A.
El salmón y pescados grasos aportan una gran fuente de Omega 3 y vitamina E. Las carnes aportan proteínas que producen anticuerpos como también hierro, zinc y vitamina B12. Legumbres por su contenido de proteínas, minerales y fibra; lácteos, y el huevo por su contenido de vitamina D y su alta fuente de proteína.